DDC: Usar el Thinner y el encendedor
Estás en el centro del pentagrama, y has tomado una decisión.
Tomas la botella del aparente thinner, y lo riegas al rededor y sobre los fragmentos de diario que has encontrado en el camino; su olor es diferente al thinner que conoces, es un olor salado y amargo, ni siquiera sabes si eso es thinner de verdad, pues solo te guías de la etiqueta a medio borrar que esta tiene, pero sientes en tu corazón que puede funcionar.
Tu corazón late a mil y ya no sabes con certeza qué es real y qué no lo es; tu percepción de la realidad está totalmente alterada. Tampoco ayuda estar escuchando las voces y susurros de quién sabe cuantas personas habrán quedado atrapadas en este pútrido lugar, ellas siguen pidiendo que quemes los fragmentos de diario, las cuales tampoco te has molestado mucho en leer y comprender.
A este punto, ya no sirve lamentarse.
El olor del thinner te empieza a marear y dar nauseas, piensas que te has equivocado y que todo tu esfuerzo no ha servido para nada, sin embargo, una luz blanca enceguecedora aparece de los fragmentos de diario, la luz es tan enceguecedora que ni cerrando los ojos dejas de verla, ¿será esté el cielo? ¿será que ya has llegado al descanso eterno?
Eventualmente caes inconsciente.
…
Eventualmente te despiertas, el reloj marca las 3:34 de la tarde, y el calendario está marcado en el día catorce del mes de mayo del 2003, siendo este un miércoles; es la jornada más pesada de Estela.
Finalmente has despertado ¡Que sueño tan intenso! Fue tan intenso que cuentas con varios moretones y marcas en tu cuerpo, ¿Siempre han estado ahí?
Sin embargo, sientes haber dejado algo atrás... Una sensación de abandono y de sometimiento recorre tu espalda y se desvanece a medida que pasan los minutos, se sintió como algo muy importante en esos minutos que la sensación estuvo presente... te preguntas por un segundo qué es, pero escuchas que te llaman a lo lejos; tu ruta está a punto de irse.
Final verdadero
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