DDC: Correr al pentagrama
No sabes qué hacer, pues estás en un punto máximo de desesperación. De alguna forma, tomas la decisión de correr hasta el pentagrama.
Las luces cada vez van desapareciendo más y más, aquella oscuridad es tan espesa que te da la impresión que si llegas a caer en ella, te absorberá por completo en cuestión de segundos y todo tu ser será entonces un vago recuerdo de otro estudiante más intentando escapar de aquel lugar lleno de rencor y tragedias en cada rincón.
Apenas llegas al pentagrama, los fragmentos de diario salen de tu bolso como si de un fuerte magnetismo se tratase, y se ubican en el centro.
Aquellos escritos en las paredes empiezan a tomar voz, se escuchan como suaves murmullos a lo lejos; suaves murmullos que ruegan por que tome una decisión.
Entonces, tomas la decisión de...
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